Pensar en ahorrar cuando se vive de un salario, parece misión imposible. Afortunadamente existen las distintas historias y las diversas cabezas. Muchas de ellas han logrado superar esta expectativa, y hoy nos muestran cómo hacerlo.
Si usted vive de un salario, esperando el próximo día de pago para cubrir los gastos, es porque ha adquirido hábitos que le llevaron a este extremo. Las costumbres, pueden renovarse o cambiarse. No dude en volver a empezar, cuando su vida no le sea satisfactoria.
SI VIVE DE UN SALARIO DEBE HACER AJUSTES
Diseñe su presupuesto. Tómese unos minutos de su tiempo, para pensar claramente en todos sus gastos. Sea sincero, escriba uno a uno todos los motivos para generar un pago mes a mes. Una vez terminado, saque cuentas, sume todos esos montos. Ahí entenderá los motivos, de no poder ahorrar.
Es probable que en ese instante piense ¡necesito más ingresos! Y tal vez así sea, pero por ahora, se puede ajustar el que tiene, para vivir y ahorrar. Imagine que queda desempleado, ¿cuánto ingreso tendrá? Creo que ninguno, y deberá limitarse a eso. Hoy, se le dará valor al salario que disfruta.
Ajuste el presupuesto. Si sus gastos mensuales incluyen un café todas las tardes, en cualquier concurrido lugar, es momento de pausarlo. El coste de 1 café preparado y servido, es mucho mayor a uno que usted pueda hacer en casa o en su oficina. Empiece a borrar de su lista.
Las comidas en restaurantes, pueden limitarse al menos a la mitad. De resto, goce el placer de cocinar y comer en casa. Le costará hasta el 80% menos.
¿Tiene una bici guardada y llena de polvo? Es momento de sacarla, limpiarla y habilitarla. Ejercite su cuerpo mientras ahorra en combustible, estacionamientos, y mantenimientos del coche. Hay lugares cercanos que visita con frecuencia, vaya pedaleando.
Los niños también pueden ahorrar. Reunir a la familia para el ahorro, no tiene que ser pesado. Resulta divertido cortar el césped, embellecer los jardines, limpiar un poco. El dinero que se paga por servicios de jardinería, ya quedará para sumar al presupuesto.
Hacer unas ricas galletas, en lugar de comprarlas, puede ser más provechoso y rendidor. Es momento de hacer, y no pagar de más. Sus hijos agradecerán que los incluyan en los planes.
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