El magnesio participa en partes importantes de nuestro cuerpo como los procesos metabólicos. La energía, los músculos, la renovación celular, la función del sistema nervioso, la absorción de proteínas, los huesos y la dentición, entre otros. Siendo así, podemos entender que tiene que ver con casi todo lo que incluye salud en nuestro organismo.
La salud cardiovascular, el manejo del estrés y la salud mental también se favorecen con la presencia del magnesio. La absorción de calcio, la regulación de la acidez estomacal, el tránsito intestinal y la digestión en general se ven afectados si los niveles de magnesio no son óptimos. Pero ¿Cómo podemos identificar si estamos deficientes de esta importante sustancia?
ESTAS ALERTAS INDICAN NIVELES BAJOS DE MAGNESIO
Hipertensión. Los picos altos de tensión son controlados naturalmente con este nutriente.
Cansancio. Es común sentir agotamiento, fatiga y cansancio aún cuando no se realizan actividades físicas.
Dolores de cabeza. Los dolores de cabeza asociados a migrañas son comunes en estos casos, incluso pueden extenderse hasta las mandíbulas y producir molestias en la cara.
Músculos fatigados. Los músculos se entumecen y se fatigan, producen temblores y hormigueos en diversas partes del cuerpo.
Alteración del sistema nervioso central. En este importante sistema se afectan partes físicas y emocionales. La ausencia de esta sustancia puede provocar depresión, ansiedad, trastornos en el estado de ánimo, calambres involuntarios y nerviosismo.
Mal dormir. El insomnio es un mal silencioso que ocasiona múltiples daños. Vea ¨El insomnio es un mal compañero¨.
Problemas estomacales y digestivos. El estreñimiento forma parte de estas consecuencias, el intestino se contrae y provoca inflamación y dolor abdominal.
Para evitar estas molestias lo ideal es acudir al médico, quien tras realizar los análisis correspondientes, va a determinar cómo están sus niveles. Ante la ausencia de magnesio, él indicará las cantidades correspondientes a tomar.
Existe una importante cantidad de alimentos que lo contienen y que podemos incluir en nuestra dieta naturalmente: Brócoli, aguacate, pan integral, pistachos, bayas y mijo, entre otros.