Muchos de nosotros necesitamos pedir dinero prestado de vez en cuando. Descubrir que su cuenta corriente tiene pocos fondos o que se ha quedado sin efectivo no es nada de lo que avergonzarse y, desde luego, no le convierte en un fracasado. Sin embargo, no siempre es fácil pedir dinero prestado si no tienes una buena calificación crediticia.
¿Qué es la puntuación crediticia?
La puntuación crediticia es una herramienta que utilizan los prestamistas. Les ayuda a decidir si les conviene o no prestarle dinero. Si quiere pedir un préstamo, por ejemplo, una tarjeta de crédito, un préstamo o una hipoteca, le comprobarán su puntuación crediticia.
¿Por qué su calificación crediticia es baja?
Hay muchas cosas que pueden afectar negativamente a su calificación crediticia. Por ejemplo, no estar al día con los contratos de crédito en el pasado (como dejar de pagar otras deudas), no pagar las facturas del gas o de los servicios públicos, o no ser muy estable económicamente (es decir, no tener un trabajo fijo).
También pueden influir otros factores inesperados, como no estar inscrito en el censo electoral, no vivir en una dirección desde hace al menos un año o compartir una cuenta bancaria común con alguien que tenga una mala puntuación crediticia.
¿Por qué es importante una mala calificación crediticia?
Una mala calificación crediticia es importante para los bancos y otros prestamistas, porque les preocupará que no les devuelvas el dinero que les debes. Una persona con una buena calificación crediticia es alguien en quien pueden “confiar” su dinero, por lo que a este tipo de prestatarios se les ofrecen las mejores ofertas y pueden conseguir tarjetas de crédito, préstamos e hipotecas sin demasiados problemas.
Sin embargo, alguien con una mala calificación crediticia va a preocupar a los prestamistas. Ya que pueden temer que nunca les devuelvas el dinero o que les cueste mucho trabajo perseguirte para que pagues lo que debes cada mes.
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