El hígado es uno de nuestros órganos vitales que requieren mayores cuidados, ya que su función es muy importante para nuestra salud. Eliminar toxinas, llenarnos de energía y digerir las grasas no sería posible sin la acción hepática. Estos beneficios se reflejan al cumplir su labor de eliminar de la sangre esas sustancias nocivas que debemos desechar.
Tal como se considera que los riñones son el filtro de la orina, el hígado se encarga de filtrar la sangre, favorecer la digestión y genera compuestos químicos que se emplean para acabar con otros agentes perjudiciales. La mala alimentación y la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas tienen implicaciones directas sobre este órgano, convirtiéndolo en hígado graso.
EL HÍGADO GRASO REQUIERE DE ESTOS CUIDADOS
Si se sufre de hígado graso causado por ingesta de bebidas alcohólicas o no, los cuidados deben ser los mismos. Ya este órgano está afectado por haber acumulado grasas y es necesario evitar otras complicaciones. Una vez que se compruebe a través de estudios especializados esta condición, el paciente debe tomar medidas que inician en una dieta sin consumo de:
Bebidas alcohólicas. Las bebidas alcohólicas se encuentran en primer lugar si hablamos de compuestos dañinos para este órgano. Si se consume alcohol durante el tiempo que se padece esta enfermedad, se va a metabolizar y provocará un incremento en los niveles de triglicéridos. Estos a su vez, dañan las células hepáticas.
Sal en exceso. Los niveles normales de sal se consideran excesos cuando se está sufriendo esta enfermedad. Este ingrediente genera retención de líquidos y aumento de peso, lo cual obliga al hígado a trabajar de manera irregular, provocando mayores daños.
Azúcar. Esta dieta es libre de azúcar, ya que su consumo se acumula en hígado y genera inflamación. Vea ¨El Boldo favorece la salud¨.
Carnes rojas. Estas carnes contienen grasas saturadas y el proceso de grasas está intervenido por un hígado enfermo. En este momento se debe preferir el consumo de carnes blancas.
Bollería industrial. Esta mezcla de masas, grasas, frituras, azúcar y sal es la combinación perfecta para empeorar cualquier situación hepática.
Embutidos. Tienen altos contenidos en sal, almidones y conservantes. Prefiera productos naturales, no procesados ni de origen industrial.
Lácteos. Elija el consumo de leche y derivados que no sean de leche completa, las grasas naturales de estos alimentos no favorecen al hígado graso. Prefiera versiones descremadas y desnatadas.