¿Tiene la mala costumbre de gastar sus ahorros tan rápido como los recarga? No te preocupes, no eres el único. Con las tarjetas, los pagos sin contacto y el auge de los monederos digitales, a todos nos resulta más fácil recurrir a nuestras distintas cuentas. Al fin y al cabo, un cafecito o un McDonald’s no hacen daño, ¿verdad? Pues la verdad es que sí. Si tienes una cuenta de ahorros, quizá merezca la pena que te plantees cuándo deberías y cuándo no deberías echar mano de ella…
No recurras a tus ahorros para…
Ropa nueva. A menos que estés realmente desesperado, ese par de camisetas de la cesta del supermercado no deberían pagarse con la tarjeta de ahorro. En su lugar, es mejor recurrir a tu cuenta corriente y, si no puedes permitírtelo, espera al mes siguiente.
Comidas fuera. Es difícil resistirse a una comida con amigos a base de raya y patatas fritas, pero las comidas fuera son precisamente el tipo de cosas para las que no deberías utilizar tus ahorros. ¿Por qué? Porque no hay nada que demostrar. Si comes fuera a menudo, saca dinero de tu cuenta corriente y haz que te dure, o distribúyete un presupuesto mensual para alguna que otra noche de cita.
Tus necesidades semanales. ¿Hay que repostar el coche? ¿Está la nevera un poco vacía? De nuevo, no son cosas para pagar con los ahorros. En su lugar, utiliza una cuenta dedicada específicamente a los gastos (como las facturas más importantes, el alquiler, la hipoteca o los servicios públicos). Si tienes problemas para pagar lo básico, considera la posibilidad de ahorrar un poco menos cada mes.
Vacaciones. Sin duda te las mereces, pero no te sentirás bien por gastarte miles de euros en unas vacaciones familiares. Crea un fondo de ahorro aparte para recurrir a ella en vacaciones y actividades divertidas: te sentirás seguro cuando vuelvas sabiendo que los ahorros de toda tu vida no se han tocado.
No dude en echar mano de su cuenta de ahorros para…
Reparaciones caras del coche. Si tu coche es lo que os lleva a ti y a tu familia al trabajo y al colegio cada día, es una necesidad que hay que pagar. Siempre que puedas permitírtelo y el valor del coche sea superior al coste de la reparación, utiliza tus ahorros para pagar reparaciones caras.
Reparaciones de la casa (y posiblemente reformas). Su casa es un activo importante que debe proteger, así que utilice sus ahorros sabiamente realizando las reparaciones esenciales cuando pueda permitírselo. También puedes plantearte utilizar tus ahorros para realizar reformas y ampliaciones, ya que (si se hacen bien) añadirán valor a tu casa. Eso sí, antes asegúrate de haber calculado bien los gastos.
Echa también un vistazo a nuestro artículo “¿Necesitas un depósito para casa: He aquí cómo?“.