¿Puede el amor incondicional de los padres inclinarse más a uno de sus hijos? Es una gran pregunta para aquellas familias numerosas. La preferencia de los padres es un tema que siempre se ha identificado por uno o más miembros dentro del hogar. Incluso personas externas, han visto esta notable inclinación hacia alguno, sin conocer las razones. El hijo favorito si existe.
De acuerdo a algunos estudios, el 70% de los padres suele tener un hijo favorito aunque no tenga esa intención o aunque no esté consciente de eso ocurre. La revista National Library of Medicine, extiende más detalles afirmando que esto no es un mito, sino una realidad que se evidencia hasta en el 70% de los padres y en el 74% de las madres.
ESTUDIOS SOCIALES DEMUESTRAN QUE SÍ EXISTE UN HIJO FAVORITO
Una importante encuesta elaborada por la empresa YouGov, arrojó valiosos aportes a esta investigación, dando a conocer dónde se sitúa el favoritismo paternal. Este índice varía de acuerdo al orden de nacimiento de cada uno. Se dice que el hijo menor es quien tiene el mayor promedio en preferencia cuando se trata de dos hijos. Este caso ocupa el 62% de los resultados.
En casos de familias un poco más numerosas con 3 hijos o más, el 43% de la inclinación apunta al hijo menor, el 19% de los padres eligen a su hijo mayor y el 33% al mediano. Todo indica que el hijo más pequeño es quien sigue llevando la delantera en esta situación. Las razones más sobresalientes en este hecho, tienen que ver con que los padres han madurado su experiencia.
Los padres primerizos son conmovidos con el hecho de convertirse en papás. Es un momento histórico en la vida adulta, pero también el inicio de una nueva etapa cargada de errores e inexperiencia. Tal vez estas razones acompañen a ese índice del 19%. Llega el segundo hijo para complementar a su hermano, tendrá con quien jugar es lo que se piensa.
Este segundo pasa a ser el mediano al nacer el tercero, que en muchos casos es el último. Ya es otro momento en la vida de los padres, han quemado esas etapas de trastornos producidos por los miedos y deciden ser más ligeros. Más allá de la forma en que se ejerza la paternidad en esta tercera experiencia, se asume como el bebé de la casa, sumando este alto índice.
Si su vida ha estado dedicada a la paternidad, tal vez ha olvidado algunos de sus sueños. Vea “Estudiar a los 50”.