Hubo un tiempo en el que trabajar desde casa se consideraba como pegar sobres a millares o introducir datos hora tras hora.
Hoy en día, con los recientes cambios en el funcionamiento del mundo. El clima laboral se ha transformado en uno que acepta el trabajo desde casa como norma cultural y esperada.
Por supuesto, el trabajo desde casa tiene otra cara: mientras que en algunos ámbitos puede resultar ventajoso, no cabe duda de que el trabajo desde casa conlleva costes adicionales. Le ofrecemos algunos consejos y trucos para gestionar esos gastos y mantener el balance al alza en “El futuro de tu dinero´´.
Un valor clave del trabajo desde casa es el ahorro. Desde las máquinas expendedoras hasta los bocadillos de la hora de comer, el entorno laboral y su accesibilidad a las soluciones rápidas provocan un aumento de los costes que, al ser algo puntual, es fácil descartar. Tomemos como ejemplo el humilde bocadillo del almuerzo: a 3 euros al día, de lunes a viernes, son 60 euros al mes. Si añadimos un café por la mañana y por la tarde y una chocolatina al día, ¡son fácilmente 100 euros al mes!
Si a esto le añadimos los viajes, los periódicos y cualquier otro gasto diario, la sangría económica puede ser exponencial. Cuando se trabaja desde casa, estos “extras” pueden controlarse mucho mejor o eliminarse por completo si así se desea. Aparte de estos ahorros presupuestarios más obvios, hay muchas otras formas en las que trabajar desde casa puede ayudar al bolsillo.
Consejos para ahorrar en equipamiento
Ahorrar en este ámbito es un término un poco inapropiado, porque cualquier gasto es superior a los 0 euros que gastarías en el trabajo, donde se te proporciona todo el equipo necesario.
Por tanto, no es el momento de mostrarse orgulloso o reticente: sea el primero en pedir ese monitor, silla, teclado, portátil o lo que mejor se adapte a su entorno de trabajo en casa. Cuanto más cómodo y profesional sea tu entorno de trabajo, más probabilidades tendrás de obtener resultados profesionales. Lo más probable es que los empresarios accedan a tus peticiones.
Energía
La energía también es otra prestación que en el mundo moderno damos por supuesta, pero de nuevo, cuando se trabaja desde casa es un coste que puede colarse fácilmente si no se gestiona.
Algunos trucos sencillos para mantener bajos los costes energéticos pueden ser:
- Abrigarse un poco más en invierno y bajar el volumen de la calefacción.
- Calentar solo el espacio en el que se está.
- Controlar el exceso de luz.
- Apagar los aparatos eléctricos en lugar de ponerlos en modo de espera.
- Utilizar la luz natural siempre que sea posible.
La calefacción también es muy importante, por lo que al considerar la temperatura adecuada es muy importante mantener el confort. Este es un aspecto en el que no se debe escatimar, ya que cualquier enfermedad derivada de un ambiente húmedo es más probable que sea perjudicial para la productividad y, por supuesto, para la salud y el bienestar.
Seguros
Con todo esto del presupuesto, quizás más obvio, puede ser fácil pasar por alto los seguros como una vía potencial para ahorrar dinero.
Por ejemplo, el seguro del coche: algo tan sencillo como no utilizarlo a diario puede significar que el proveedor le ofrezca una prima más baja. Algunos corredores de seguros incluso ofrecen devoluciones de dinero por un menor uso, y siempre es útil examinar estas posibilidades.
El seguro del hogar también debe tenerse en cuenta para asegurarse de que se tiene en cuenta cualquier elemento nuevo.
Facturas de alimentos
Por supuesto, la factura de la comida aumentará cuando se trabaje desde casa, por lo que prestar un poco de atención a la búsqueda de opciones más baratas para los alimentos que más se compran y vigilar disciplinadamente los pequeños lujos puede contribuir sustancialmente a mejorar los resultados. Intente planificar sus comidas con antelación, asegurándose de tener en cuenta cualquier comida o tentempié adicional que le suponga trabajar desde casa.