Aparte de una gran idea o un producto fantástico, toda empresa de nueva creación necesitan algo que puede ser muy difícil de conseguir: dinero. Necesitarás capital para mantenerte mientras trabajas, así como dinero para comprar equipos, software y materiales. Si te va muy bien, puede que incluso necesites dinero para pagar a tu primer empleado. Pero los bancos son muy difíciles de prestar a menos que tengas una excelente puntuación de crédito y un plan de negocio estelar. Entonces, ¿de dónde vas a sacar los fondos que necesitas? Aquí tienes algunas opciones:
Ahorro personal
Una opción es financiarlo tú mismo. Si tienes una idea en la cabeza, tómate tu tiempo para reunir algunos ahorros o ver si tienes suficiente en varias cuentas para reunir lo que necesitas ahora mismo. Después de todo, ¿por qué iba a apoyar tu negocio un inversor si antes no has arriesgado tu propio dinero? Dicho esto, no te sientas mal si la autofinanciación no es una opción para ti y, desde luego, no dejes de perseverar en tus planes.
Recaudación de fondos
Internet no es solo un lugar para memes y compras online. Aprovéchalo para ver si puedes financiar tu idea de negocio pidiendo a personas afines que creen en tu empresa que donen una pequeña cantidad de dinero. Algunas personas han conseguido recaudar literalmente millones de euros de esta manera y, además, podrás hacerte una idea de si realmente hay demanda para tu producto o no.
Inversores
Puede ser muy difícil convencer a inversores externos para que apoyen tu empresa, pero merece la pena intentarlo. Tendrás que estar dispuesto a renunciar a una parte de tu empresa (aunque su experiencia y conocimientos pueden ser una buena compensación) y esperarán que presentes un plan de negocio muy sólido.
Préstamos baratos
Si la idea de pedir una inversión o financiación colectiva te resulta demasiado incómoda, ¿por qué no pides un préstamo? Olvídate de las solicitudes bancarias y opta por los préstamos. Todo lo que tienes que hacer es solicitarlo online, pedir prestada una cantidad de dinero y utilizar tu coche como garantía del préstamo. Lo mejor de todo es que puedes quedarte con el coche mientras dure el préstamo (algo esencial para esas reuniones a las que vas a ir zumbando) y devolverlo antes de tiempo sin penalizaciones ni trampas.
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