Si algo diferencia a la infancia de la vida adulta, es la responsabilidad de saber tomar decisiones. Y a pesar de no tener una bola de cristal que nos pueda dirigir hacia la mejor de ellas, tenemos suficientes herramientas y criterios para evaluar y pensar. Así mismo, estos instrumentos sirven para asumir consecuencias, en caso de no haber tomado la mejor opción.
La vida continúa y ese pasar de los días nos recuerda que son pocas las cosas que no duran para siempre, como la adolescencia y la noche ante la llegada del sol. Todo lo demás por terrible que parezca, se puede manejar y solucionar. Es momento de aprender a tomar decisiones, veamos la opinión de la escritora Annie Duke.
NOS CORRESPONDE TOMAR DECISIONES
Toda decisión tiene un impacto, evaluémoslo. Toda decisión debe traer consigo felicidad. Es momento de preguntarnos ¿Cómo nos sentiremos a corto, mediano y largo plazo con esta opción?
Imagine las opciones por separado, como si fuesen únicas. Cada decisión debe verse como individual en esta evaluación de principio a fin, considerando posibilidades reales. Al ver cómo termina cada una, podrá tomar la mejor opción.
Cuando la decisión es conjunta, ni piense por sí sólo. Dos cabezas piensan más que una, es un dicho que aplica cuando se trata de asuntos en pareja, sociedades o comunidades.
No se apresure, tenga a la mano toda la información. Las indecisiones vienen muchas veces por falta de información. Es necesario tomarse el tiempo de investigar, para dar solidez a las decisiones.
Entre varias opciones, elija las dos mejores. Cuando tenga un abanico de opciones, redúzcalas a dos. De esta forma será más fácil elegir sin llenarse de tantas dudas.
En ocasiones lo desconocido puede ser la mejor opción. Las posturas sesgadas de nuestra cognición, nos llevan a ignorar lo desconocido. Tal vez sea el momento de evaluar nuevos caminos.
Considere su criterio. Si al revisar y repasar los escenarios, su criterio le indica un camino considérelo. Confíe en su capacidad de análisis. Esta acción va más allá de sus instintos.
Establezca límites. El tiempo es una herramienta muy valiosa. No extienda los lapsos para dar respuestas al punto de que ya no sirvan de nada. Decidir oportunamente es necesario en todas las ocasiones. Vea “Fortalece tus pensamientos con ideas positivas”.